SIN POSTRE Y A LA CAMA
Por Helena Arce
Varias veces sentimos la frase que Uruguay es “fútbol y política”, pues representan las dos grandes pasiones de los uruguayos. Pero realidad, siempre es más fuerte. Tenemos que comenzar a ver que las grandes pasiones de los uruguayos deben cambiar, de lo contrario seguiremos soñando con pesadillas.
Tal vez debamos elevar r nuestras miras sobre los ídolos uruguayos, y entenderlo de una buena vez por todas, es incomprensible que permitamos que nuestros hijos sueñen con conocer a un astro de fútbol, y que nosotros pensemos que los prohombres uruguayos son nuestros políticos.
Tras las sucesivas palizas al fútbol que nos dieron los peruanos y colombianos, es hora que aterricemos en el Uruguay y dejemos de andar volando por otras galaxias. Podríamos haber perdido, es el riesgo de jugar, pero nos ganaron por paliza. Ya deberíamos estar acostumbrados, no es nuevo que nos ganen, nuestra selección juega para atrás. Posiblemente si lo hicieran a propósito, no les saldría tan bien. Y todavía se ofenden cuando la gente protesta, y dice que los jugadores se cuidan las piernas y amenazan con no venir más, tal vez sería lo mejor que se queden por allí, y nosotros dejásemos los estadios vacíos. En realidad hay que entender, estos chicos ganan cifras millonarias, imposibles de imaginar en este país, no van a exponer sus piernas jugando por la selección. ¿Qué les da esta? No somos nosotros quienes financiamos su vida. Le echamos la culpa a los técnicos, así seguirán pasando por la selección todos los que a la AUF se le ocurra contratar, pero por más brillante que sea un técnico, el fútbol se juega con jugadores, y si en la cancha estos no juegan, es imposible que ganen. Ya veo las cartas de lectores, más de una queja habrá, pues siendo mujer me atrevo a opinar de fútbol, pero la realidad es la realidad y rompe los ojos. El que tenga ojos que vea, y el que tenga oídos que oiga, dice por algún lugar de La Biblia.
Si cuando apenas comienzan a jugar, se van al exterior a ganar cifras impensables para nuestro país, aunque su destino sea un cuadro secundón, o hacer banco en cuadros más importantes, nunca reflotará nuestro fútbol. Si para jugar por la selección, deben exponer lo que les permite solucionar en pocos años su bienestar económico, es lógico que no quieran arriesgar sus herramientas de trabajo. Pero asumamos que es así y dejemos los sueños de estar en un mundial, si además bien sabemos que cuando clasificamos hemos hecho un papelón atrás de otro, por lo menos en los últimos 30 años. Por lo que es hora de poner los pies en el piso y dejarnos de soñar, no son ellos los que deben irse a la cama sin postre, somos nosotros por tontos.
Y con respecto a nuestros prohombres, los que se postulan para forjar el país del mañana, son el colmo de nuestra imaginación. A todas las desilusiones que nos han dado en estos últimos años, se suma la frutilla de la torta. Debían tratar en la Asamblea el tema de las ausencias de los legisladores a su trabajo en el Palacio Legislativo. Resulta que en estos últimos años se ha levantado una fuerte protesta contra los empleados públicos, los presupuestados, a quienes a instancias de nuestro benemérito Exc. Sr. Presidente, hemos empezado a marcar el paso, se han levantado olas de protesta contra la cantidad que son, lo que ganan, etc.,etc. Pero no hemos utilizado la misma fuerza reclamando contra aquellos a quienes elegimos cada cinco años para que legislen, y a quienes le pagamos también todos los meses sí o sí, y por cierto que bastante, aunque el Senador Mujica diga que es poco, porque la mayoría se va en lo que le pagan ellos de ese dinero a su Partido, porque nosotros no le pagamos para eso, nosotros les pagamos para que legislen. Bien resulta que al fin deciden tratar el tema de aquellos que no cumplen sus tareas pues no asisten al Parlamento, y no lo pudieron tratar pues no hubo quórum, para variar. Tenemos 99 legisladores, faltaron a sus tareas ese día la módica suma de 77. Y aquí, otra vez debemos irnos a la cama sin postre, por seguirlos votando.