Año II - Nº 82 - Uruguay, 11 de junio del 2004
 
- Informe Especial: Hamas
- La lancera de Aparicio
- De ineptos a adivinos
- Turismo Rochense: Poco interés de los operadores
- Ecos de la semana
- Sydney Mardigras, el imperio de la heterofobia
- El Placer de los amigos
- Los hijos del maíz

- Marxismo en democracia

- Todas las redes del Presidente
- La gran confusión de los derechos políticos
- Anécdotas Bancarias: Venganza
- Los anteojitos del desierto
- Así Somos
- Hurgando en la web
- Chairando Ideas
- Frente moderado
- A la cama sin postre
- Bitácora Política
- Información Ciudadana
- La Cocina Uruguaya
- Rincón de Sentimientos
- El Interior también existe
- Olvidémonos de las Pálidas
- Las Locuras de El Marinero
- Correo de Lectores

 

 
Rita Molinos & Mario Sabugo
VITTORIO MEANO (1860- 1904)

La  obra de Vittorio Meano, sucedida exclusivamente en el ámbito rioplatense, incluye pocos edificios, pero de singular relevancia institucional y urbana: el Teatro Colón y el Congreso Nacional en Buenos Aires, y el Palacio Legislativo de la República Oriental del Uruguay, en Montevideo.

Vittorio Meano, nacido en 1860 en Susa, a 53 km. de Turín, se cria y se forma en singular entorno, aquel Piamonte de Garibaldi y Cavour que por aquellas décadas se encuentra llevando a su culminación la gesta de la unidad italiana. En 1878, Meano obtiene el título de geómetra en el Instituto de Pinerolo; según algunos autores luego estudia arquitectura en la Academia Albertina de Turín. Hacia 1880 inicia su experiencia laboral en la oficina de ingeniería de su hermano Cesare; hasta que en 1884 emprende viaje a Buenos Aires para incorporarse al estudio de Francisco Tamburini, que por entonces abordaba el proyecto de significativas obras públicas, entre ellas la ampliación y reformulación de la Casa de Gobierno.

Luego del fallecimiento de su anfitrión en 1890, Meano debe hacerse cargo de la obra del Nuevo Teatro Colón y más tarde (al ganar el concurso respectivo en 1895) del Congreso Nacional, quedando desde entonces enteramente consagrado a estas dos grandes obras públicas. No hay referencia de incursiones suyas en el campo de las encomiendas privadas, ni en actividades corporativas o académicas. Meano, a diferencia de otros exitosos arquitectos de origen extranjero, parece haber tenido vínculos muy tenues con la sociedad local, fallece tempranamente en trágicas circunstancias; en el mismo momento se fallaba a su favor en el concurso del Palacio Legislativo montevideano.
 


EL TEATRO COLON

 
Nuevo Teatro Colón- vista del proyecto de 1892

La obra del Nuevo Teatro Colón (ya que el primer Teatro Colón es el que hacia 1857 había instalado y construido el Ingeniero Carlos Enrique Pellegrini frente a la Plaza de Mayo) surge de una concesión otorgada en 1889 al empresario Angel Ferrari, que presenta un proyecto arquitectónico de Francisco Tamburini. El predio asignado es el de la antigua Estación ferroviaria del Parque, frente a la actual Plaza Lavalle. Meano presenta planos definitivos en 1892,en los que se advierte que, aún con ciertas innovaciones en cuanto a fachada, altura general y palcos, en lo esencial representan una prosecución del planteo original de Tamburini.
Tamburini y Meano siguen el tradicional partido arquitectónico de la llamada curva italiana, dando forma de herradura a la planta de la sala. Este esquema se apoya en cuestiones de eficacia óptica y acústica, pero no menos en la diferenciación social de las localidades. Quedan por tanto descartadas las hipótesis neoclásicas "revolucionarias", que se experimentaban contemporáneamente en algunos lugares de Europa, pretendiendo recuperar el plano semicircular y el igualitarismo de las localidades, tal como derivaban del legendario teatro griego. Así sucede por ejemplo con el Teatro de Bayreuth, diseñado por Otto Bruckwald bajo influjo de Richard Wagner, entre 1872 y 1876. Meano estima que que con ese tipo de planteos no se pueden resolver correctamente los teatros modernos, que a diferencia de los antiguos, tienen cubierta, una gran profundidad de la caja escénica, y una distribución clasista del público. En cuanto al estilo, que por su parte prefiere denominar "género", del proyecto, Meano lo considera una combinación de caracteres renacentistas italianos, distribución alemana y ornamentación francesa.


EL CONGRESO NACIONAL
 
 
Congreso Nacional, planta,1900
El concurso para el Congreso se sustancia en 1895, y su construcción tuvo lugar entre 1898 y 1906. En esta obra, las decisiones proyectuales de Meano escapan a las rutinas de la tipología parlamentaria; como lo reconoce Ortiz (1985), su partido no es ortodoxo.La distribución se basa en dos direcciones, perpendiculares y enfáticamente diferenciadas. En el eje norte- sur se establece la Cámara de Senadores, de menor extensión; mientras que en el predominante eje este -oeste se van enlazando, en secuencia ceremonial, el acceso principal, dos grandes vestíbulos, el notable Salón Azul, que es centro del conjunto bajo la cúpula, el salón de Pasos Perdidos y finalmente la Cámara mayor, de los Diputados y Asamblea Legislativa.
Este eje representa una continuación virtual, a escala edilicia, del eje urbano de la Avenida de Mayo. Precisamente, Meano declara entender el edificio del Congreso como un remate o, en sus palabras, un non plus ultra del flamante bulevar.
 
Vista nocturna, 1997

Exteriormente, la masa edilicia se eleva con la habitual secuencia tripartita y asimismo en la tradición académica con los risalti, que representan episodios de variedad con los pabellones angulares, los pórticos del frente y los laterales, y en fin con el remate en forma de abside de la Cámara de Diputados en la fachada occidental.
La cúpula del Congreso, además de su sutil inserción en la perspectiva de la Avenida de Mayo, es un conjunto de alta complejidad, compuesto por un basamento con ventanas termales, cúpula interior, tambor, y cúpula exterior con balcon y aguja. Esta cúpula, de excepcional altura, atestigua la afinidad de Meano con las opciones peraltadas y nervuradas de la tradición renacentista y barroca.


 
Palacio Legislativo del Uruguay
planta (proyecto de 1904)
PALACIO LEGISLATIVO
(MONTEVIDEO)
En el caso del Palacio Legislativo uruguayo, el concurso internacional de proyectos propone un programa con significativas restricciones no solamente presupuestarias, sino tambien en cuanto a superficie del predio y paisaje del entorno.El proyecto de Meano se encuadra, como en Buenos Aires, en una morfología amanzanada. La distribución se organiza según dos ejes perpendiculares. El principal corre desde el pórtico y se despliega en una gran Sala de Pasos Perdidos, con iluminación cenital. En la dirección opuesta, quedan colocadas las dos Cámaras, de modo simétrico; coincidiendo la Asamblea General con el recinto de Senadores; la distribución se completa con cuatro patios y una circulación perimetral.Ante la imposibilidad económica de la cúpula, Meano recurre a destacar exteriormente los bloques de las Cámaras, generando una cierta dualidad en la volumetría general.
 
Palacio Legislativo del Uruguay
Vista del proyecto, 1904
Pero esta animación plástica, más los habituales risalti, no terminan de disimular las incomodidades del autor. Reconoce aquí Meano sus deudas proyectuales con el Reichraths vienés de Theodore von Hansen (1873), que se advierten en la simetría de las cámaras, el gran hall en forma de atrio alargado y en fin el carácter simplificadamente neoclásico. Pero hay un "círculo de hierro" contra el que protesta Meano, que son las limitaciones presupuestarias que le vedan la piedra y sobre todo le impiden rematar el conjunto con una cúpula
. Era previsible que las tendencias del contexto institucional modificarían -como lo hicieron- el tamaño, la calidad y la ubicación del emprendimiento, que se continuará bajo guía de Gaetano Moretti. De otro modo hubiera sido (al decir de Meano) como "un gran buque navegando angustiosamente entre las estrechas orillas de un pequeño río".

LOS JUICIOS

Con mayores o menores acentos críticos, la historiografía ha calificado la obra meaniana empleando un amplio repertorio de categorías predominantemente estilísticas; mientras que apenas se han abordado cuestiones tipológicas y distributivas, ni la crítica "funcional", promovida en su momento por Buschiazzo.

Si la obra del Colón fue básicamente una prosecución del proyecto de Tamburini, y si en Montevideo, Meano proveyó una estructura luego ampliamente redefinida, por consecuencia el Congreso Nacional de Buenos Aires, criatura suya por excelencia, debe considerarse como evidencia central de sus intenciones y sus procedimientos.

La caracterización de Meano como Ecléctico ha sido tan frecuente como poco convincente; por el contrario, sus realizaciones merecen interpretarse a la luz de las tradiciones regionales y las corrientes predominantes de su ámbito formativo piamontés, bajo la sombra barroca de Filippo Juvarra y el poderoso influjo de Alessandro Antonelli, notable maestro que Gregotti y Rossi caracterizan dentro de un Revisionismo Neoclásico sustancialmente ajeno a posiciones eclécticas.

A nuestro juicio, Meano es en lo sustancial un arquitecto Neoclásico, bien que con tendencias académicamente inclusivas, lo que le permite incorporar algunas ricas lecciones renacentistas y barrocas; paralelamente, en un sentido kauffmaniano, se percibe su inclinación al dramatismo de los contrastes volumétricos y la creciente autonomía de las partes. Pero de todos estos rasgos, se destaca sin competencia su visión de la Cúpula como elemento capital de la arquitectura y del paisaje urbano.

  BIBLIOGRAFÍA

Rossi, Aldo; Gregotti, Vittorio, "La influencia del romanticismo europeo en la arquitectura de Alessandro Antonelli" (1957), en Aldo Rossi, Para una arquitectura de tendencia. Escritos 1956- 1972, Barcelona, Gili, 1977.
Iglesia, Rafael E. J., La arquitectura historicista del siglo XIX, Bs. As., Espacio Editora, 1979.
Ortiz, Federico, "La arquitectura del Congreso Nacional", en Zago, Manrique (dir.), El Congreso de la Nación Argentina, Bs. As., Zago, 1985.
Bausero, Luis, Historia del Palacio Legislativo de Montevideo, Montevideo, 1987.
Daguerre, Mercedes, voz "Eclecticismo", en Aliata, F.; Liernur, J.(dir.), Diccionario Histórico de Arquitectura, Habitat y Urbanismo en la Argentina, Tomo 1, SCA/ Ceadig/ SEU/ IAAIE, Bs. As., 1992.
Sabugo, Mario, "¿Quién mató a Vittorio Meano?", en Summa + 4, Bs. As., 1993.
Sabugo, Mario, voz "Víctor Meano", en Aliata, F.; Liernur, J.(dir.), Diccionario Histórico de Arquitectura, Habitat y Urbanismo en la Argentina, Tomo 2 (FADU- UBA, en preparación)
Baeza, Victoria; Molinos, Rita; Sabugo, Mario, Vittorio Meano, Crítica N° 10, IAAIE/ UBA (en prensa).
 

Material publicado en ARQUITECTURA EN LINEA© 1998