Año II - Nº 96 - Uruguay, 17 de setiembre del 2004
  1 Campaa Mundial Seguridad en la Red
 
- Reflexiones sobre la Nación
- En algo somos distintos a todos
- Desde Massoler, pasando
por El Cordobés, vientos Saravistas llegan a Montevideo
- Para el I.N.A.M.E. "Alternativa Chuy": Un ejemplo para el país
- La realidad supera la ficción
- Vida y Obra de Isaac Ferreira
- El oficio más viejo del mundo
¿Necesita su lugar?
- La electrónica, la informática
y la vida diaria

- Comienza a desilucionar la promesa de regularización a inmigrantes

- No iba a hablar del tema
- Tabaré y Carrasco
- Pulseada Solidaria
- Para llegar a Europa
- Deportivísimo
- El Cuco, el Carlanco y el
Viejo de la Bolsa
- Nosotros, las computadoras
y los virus
- Espectáculo: Will Smith nuevamente nos salva la vida en "Yo, Robot"
- El "ciudadano", una especie
en extinción
- Anécdotas Bancarias: Confusión funesta
- Noticias de España
- Así Somos: Los niños esclavos de Latinoamérica
- Hurgando en la Web: El primitivo hombre de América y los Charrúas
- Chairando Ideas: Los piqueteros
- Primer Concurso Literario Alberto "Pocho" Domínguez
- Día del Patrimonio
- Bitácora Política
- Bitácora Uruguaya
- Información Ciudadana
- La Cocina Uruguaya
- Rincón de Sentimientos
- El Interior también existe
- Olvidémonos de las Pálidas
- Las Locuras de El Marinero
- Cartas de Lectores

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El oficio más viejo del mundo
¿necesita su lugar?

Por Mauricio Sejas

Mientras se debate en el Parlamento la posibilidad de que la prostitución tenga su lugar en la ciudad, la avenida 18 de julio y zonas aledañas, se ha convertido en el mercado de la oferta y la demanda. Decenas de apartamentos y casas cumplen la función de "whiskerías" o "kilombos" del interior, lo que aquí en la capital se las conoce como "casas de masajes", nombre que no tiene nada que ver con el relax del cuerpo.

Casi no se puede salir a caminar por nuestra principal avenida, ya que cada pocos metros se encuentran estas personas, que cuando uno pasa junto a ellas con su familia, no sabe que decirle a nuestros hijos acerca de esas mujeres y travestis, que ejercen la prostitución en la vía pública. Aunque algunas prostitutas callejeras tienen un nombre ficticio así como un hombre que las controla (fiolo), la mayoría trabaja en forma independiente para quedarse con toda la plata. Las que trabajan puertas adentro tienen un jefe que les da sólo el 30 por ciento. La calle es para estas personas un mejor negocio que los lugares cerrados.

No hace mucho tiempo el Ministerio del Interior, por los asesores de la Asociación de Travestis y Meretrices, propusieron a la Intendencia Municipal de Montevideo la creación de una zona roja en la calle Paraguay entre Venezuela y La Paz. Estos creían que era propicio este lugar por tratarse de casas viejas en las que no molestarían a los vecinos. La negativa por intermedio de la I.M.M. fue por que allí se construirán casas del futuro, entonces las molestias serían relativas. La delimitación de zonas para la prostitución nace a partir de la reglamentación de la ley de trabajo sexual aprobada por el Parlamento.

En los últimos años, la prostitución ha tenido un gran incremento por la situación actual del país. Algunas personas trabajan por necesidad otras solamente lo practican. Aunque la mayoría carece de estudios u oficio, hay también un sector importante de jóvenes que se prostituyen para poder pagar sus estudios. Miles de desocupados también van entrando a este mundo, mientras buscan en vano un trabajo o esperan un subsidio, o un sueldo estable. Será para ellos un viaje sin retorno, es decir, el salto de la prostitución ocasional al oficio "permanente".

Por una parte una zona roja sería esencial. De esta manera estaría concentrada toda la diversidad sexual en un mismo lugar. Por otro lado serían centros de violencia y corrupción, en donde se induciría a menores de edad para el ejercicio de la prostitución, serían una especie de ghettos donde se asentarían personas marginales, donde la calidad de vida no sería la esperada.
Una "zona roja" en estos momentos sería un embudo social que no admitiría barreras formales. Por lo que opino que se aleje este sector social hacia otros lugares, ya que no es bueno que todo se concentre en el centro de la ciudad, pero tampoco es bueno que se produzca una "zona roja", es todo un tema que estará todavía unos cuantos años en el Parlamento antes de salir a la luz. Por ahora tiene luz roja ya que la prostitución no está prohibida, y se dará mientras haya quienes paguen por las "atenciones" de los o las que al fin y al cabo prestan un servicio.