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por Graciela Vera
Periodista independiente
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Noto cierta euforia en el ambiente.
Estamos viviendo, en uno y otro hemisferio, las estaciones más hermosas.
Al sur la primavera con todo el estallido de brotes y flores recién estrenadas; al norte el otoño con el sabor de las ‘graná’ y las uvas maduras.
No es el mismo presagio, en una parte se aguarda el verano con su casi tácita sinonimia con tiempo de vacaciones; en la otra mitad del mundo, el invierno con su sobretodo blanco, pero en ambas en este mes hay colores que identifican la época.
Quizás la primavera y el otoño tan sólo formen la escenografía para otros motivos.
Tal vez la euforia latente se deba a ese número ‘cien’ que luce la presente edición de Informe Uruguay. Un número que tiene algo de mágico y mucho de señorial, pero que en definitiva no significa nada más –ni nada menos- que se trata del boletín siguiente al 99 y anterior al 101.
Hay muchas formas de celebrar las primeras cien puestas en el ciber espacio de IU. Cada cual lo hará a su manera.
A mi se me ocurre que podría pintar globitos de colores, arrojar cantidades increíbles de confetis o deleitarme con la majestuosidad de la sinfonía de El Nuevo Mundo de Dvorak.
Todo lo bello vale para un festejo.
Quiero regalarles algo hermoso a los amigos de IU y otros amigos me dan la oportunidad de hacerlo.
¿Qué regalo puede ser más espléndido que la majestuosidad de los paisajes que nos brinda este planeta, a pesar de la desidia conque lo tratamos?
Hay muchos lugares hermosos, cumbres eternamente nevadas y valles de intensos verdes; desiertos y selvas, torrentes de agua y mares de piedra. Y hay seis continentes y uno que destaca de los otros porque es, quizás porque los hombres también necesitan alguna vez creer en algo, el continente de la esperanza.
Se llama Antártida y es nuestro, de todos y de nadie.
Ahora, que por los cien números de Informe Uruguay no voy a llenar una copa con una bebida espumante; simplemente pondré como música de fondo la Sinfonía Nº 3 en La menor de Mendelsshon, encenderé el ordenador, abriré la web de IU, me sentaré a leerla distendidamente, y cuando llegue a estas fotos daré gracias a la vida por intentar decirnos que aún hay esperanza para los hombres y que nosotros, los uruguayos, somos ricos porque tenemos una juventud sensible a la belleza.
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‘Monte Flora’ por Jorge Filardi. Sobre este monte se recuesta la Estación Científica uruguaya ECARE.
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‘Una vieira tallada en hielo’ por Javier Figueroa.
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‘La naturaleza esa maravillosa orfebre’ por Javier Figueroa. Y lo cierto que es una artista maravillosa que utiliza algas, cantos rodados y rocas para hacer el más espectacular suelo para la Isla Rey Jorge.
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Poster ganador del primer premio ¡vaya premio que envidio sanamente!: un viaje a la Base Artigas junto a la profesora tutora del trabajo por Joselén Cabrera del Liceo de Nva. Helvecia.
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Las fotos anteriores son una gentileza del Contra Almirante ® Oscar Otero Izzi, presidente de la Asociación Civil ANTARKOS (IU Nº 99 – Día de la Antártida uruguaya)
Pertenecen al ‘Salón de Fotografía antártica 2002’ y al ‘Concurso de Posters 2003’ para alumnos del ciclo básico de secundaria de Uruguay.
Y como estoy segura de que habéis disfrutado como yo de estas imágenes, aprovecho vuestro buen humor para rectificar una fecha aparecida en el artículo sobre el Día de la Antártida del IU anterior.
No es que piense que podéis sentiros ¿enojados? por el error, simplemente que creo que no debo restarle nueve años a la presencia uruguaya en el continente y donde dice que La República Oriental del Uruguay ingresó como miembro adherente del Tratado Atlántico el 11 de enero de 1989 debió escribirse 11 de enero de 1900.
Y como la de hoy es una fecha especial, quiero deciros que me siento feliz de pertenecer a esta casa espacial, de que vosotros me estéis leyendo, de haberme reencontrado a través de estas páginas con viejos amigos y de hallar en ellas nuevos amigos y hoy, particularmente, me siento orgullosa de ser simplemente yo: una mujer que escribe por vocación, con errores ortográficos y horrores de redacción, pero poniendo en cada letra tipeada una escarapela celeste y blanca sobre una flor gualda y oro.
Almería, el sur del norte, 12 de octubre de 2004, Día de la Hispanidad