Año II - Nº 96 - Uruguay, 17 de setiembre del 2004
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Amor sin espinas, amor verdadero
A Rubén Darío
Una noche II - El Cisne Aquel
La Espera
Poema 20
- Reflexiones sobre la Nación
- En algo somos distintos a todos
- Desde Massoler, pasando
por El Cordobés, vientos Saravistas llegan a Montevideo
- Para el I.N.A.M.E. "Alternativa Chuy": Un ejemplo para el país
- La realidad supera la ficción
- Vida y Obra de Isaac Ferreira
- El oficio más viejo del mundo
¿Necesita su lugar?
- La electrónica, la informática
y la vida diaria

- Comienza a desilucionar la promesa de regularización a inmigrantes

- No iba a hablar del tema
- Tabaré y Carrasco
- Pulseada Solidaria
- Para llegar a Europa
- Deportivísimo
- El Cuco, el Carlanco y el
Viejo de la Bolsa
- Nosotros, las computadoras
y los virus
- Espectáculo: Will Smith nuevamente nos salva la vida en "Yo, Robot"
- El "ciudadano", una especie
en extinción
- Anécdotas Bancarias: Confusión funesta
- Noticias de España
- Así Somos: Los niños esclavos de Latinoamérica
- Hurgando en la Web: El primitivo hombre de América y los Charrúas
- Chairando Ideas: Los piqueteros
- Primer Concurso Literario Alberto "Pocho" Domínguez
- Día del Patrimonio
- Bitácora Política
- Bitácora Uruguaya
- Información Ciudadana
- La Cocina Uruguaya
- Rincón de Sentimientos
- El Interior también existe
- Olvidémonos de las Pálidas
- Las Locuras de El Marinero
- Cartas de Lectores

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Poema 20


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda