
No es ajeno a ningún uruguayo y debería ser extensivo a los hijos de éstos nacidos hoy en otras tierras, el Histórico recuerdo de la Jura de la Constitución de 1830. Es el 18 de Julio, un día de Gloria, que fuera consagrado hace 174 años en la Plaza Matriz de la Ciudad Capital Don Felipe y Santiago de Montevideo.
El 25 de agosto de 1825, la Sala de Representantes de la Florida, aprobó la Ley de Independencia, por la cual se declararon "...írritos, nulos, disueltos y sin ningún valor para siempre..." todos los compromisos arrancados a los orientales por la fuerza y que ligaban a nuestra tierra al Imperio del Brasil.
Pero esta Declaración de Independencia, no significaba la posesión real del territorio ya que se hacía preciso derrotar las fuerzas del Emperador Pedro I que persistía en considerar la Provincia Oriental como parte de su Imperio.
El detonante que obligó al Imperio de Pedro I , por temor a que las fuerzas Federales penetraran en territorio brasileño se produjo en territorio de las Misiones Orientales el 20 de Febrero de 1827. En la histórica batalla de Iruzaingó, en inmediaciones del Paso de Rosario, sobre el Río Santa María.
Presidiéndoles el triunfo de Rincón de las Gallinas bajo el mando de Fructuoso Rivera; Sarandí, por el Gral. Juan Antonio Lavalleja .La diplomacia británica, a través de Lord John Ponsomby, impuso la paz de 1828, estableciendo la independencia nacional del territorio en disputa como forma de poner fin a la guerra entre Buenos Aires y Río de Janeiro.
Es así que el 11 de Agosto de 1828 en Río de Janeiro, capital del Imperio del Brasil, se reunió la Convención Preliminar de Paz, que se encargó de negociar un acuerdo definitivo.
La libertad e Independencia planteaba una serie de problemas, ¿qué nombre oficial debía llevar un país que había sido primero Banda y luego Provincia Oriental; que había vivido el período democrático de la Patria Vieja y que luego había pasado a ser Provincia Cisplatina?.
Era necesario organizar su gobierno, determinar cómo elegirlo; los deberes, derechos y garantías de los ciudadanos; ¿qué organismo haría las leyes, cuál las haría cumplir, quién se encargaría de dictar justicia?.
Refrescando la memoria de los Orientales, ofreciendo a quienes no lo son, en Así Somos presentamos a los lectores el júbilo del día 18 de Julio, para la República Oriental del Uruguay.
Sin un basamento jurídico, un país es solo un conglomerado de voluntades que marchan a la deriva. Por eso el orgullo de aquellos patriotas al plasmar los lineamientos del nuevo Estado y por ello nuestro orgullo en éste día al recordarlo.
En la Plaza Matriz, entre salvas de artillería y repique de campanas, los antiguos sueños que signaron la epopeya emancipadora, alcanzaron realidad luminosa el 18 de Julio de 1830. Culminando con 20 años de luchas como señalara el primer manifiesto de exhortación, para constituir nuestro terruño en una Nación Libre, Independiente y Soberana.
Con exacerbado idealismo nuestro primer documento Fundamental comenzó a regir los destinos de nuestra incipiente Nación revalidando una ves más el deseo inclaudicable a ser Libres. Respetando los derechos del ser humano como superiores a la sociedad, protegiéndolos y sin ser considerados una concesión del incipiente estado.
Culminaba así, la ambición de algunos de la época, de dependizar la Banda Oriental a otras potencias. Comenzaba a forjarse los destinos que aún hoy imprimen la personalidad Oriental, característica que nos diferencia de los demás Latinoamericanos, pero que nos une a ellos por sentirnos parte de un contexto territorial.
Este día especial imprime en nosotros el ferviente deseo de continuar transitando la constitucionalidad por encima de divisas y avatares.
Proponernos desde la misma Sociedad a ostentar aquel viejo rótulo de '' la Suiza de América'', perdido por falta de adaptación a los cambios de evolución del mundo. Revirtiendo el estancamiento que padecemos desde la década del 50, con decidida vocación de participación interna y de inserción en el Mundo Global. Exigiendo a los futuros Representantes a elegir, que esgriman los artilugios necesarios para potenciar el ansiado trabajo de una Sociedad merecedora, digna y angustiada.
Este día especial además, deberíamos celebrarlo planteándonos el desafío de integrar la colectividad uruguaya, bajo el denominador común "Hoy todos somos hermanos"
Pedro A. Lemos
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