Año II - Nº 87 - Uruguay, 16 de julio del 2004
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EL CINISMO Y LA HIPOCRESÍA
- segunda parte -
Por Pedro Hernández

Se vive una dependencia enfermiza de la política partidaria, totalmente contraria al desarrollo de una economía sólida y a un empresariado responsable.
Setenta y tres años del partido único - el del 3 y 2 -, el gran responsable del vaciamiento de la economía y de la devastación de los sectores sociales.

Hoy gran parte del aparato productivo, fruto de la última crisis, ha sido transferido a precio vil, o está esperando el remate judicial o sigue severamente endeudado.
Es la reiteración de lo que ha sucedido en las crisis anteriores que la desmemoria histórica no nos deja ver.
El modelo económico que el país tiene, ha subsistido, confiscando recursos al agro - sector rehén - y a productor perdido y sometiendo a una degradación cada vez mayor a los sectores sociales más débiles.
Esto ha permitido distraer de las ineficiencias del resto de los sectores de la economía.
Es el modelo del ajuste permanente, de refinanciación en refinanciación, al interior y con el exterior.
Hemos estado aceptando conductas inmorales a lo largo y a lo ancho del país como cosas "normales", naturales", en el manejo de esta democracia recortada.
Los postergados sólo tienen derecho al "paternalismo" del estado- así se sienten dependientes del 3 y 2-, y a las "ayudas" caritativas.
Así los peones rurales - con los peores salarios - han sido tratados como en un régimen feudal, donde su bienestar y trato dependió - aún hoy sucede - de la buena voluntad del patrón.
Peones que nunca pudieron sindicalizarse para defender sus derechos. En esto coincidieron los grandes propietarios rurales y los dirigentes del 3 y 2, es que el bajo salario rural es un subsidio más al modelo económico. Esto me toca muy de cerca, he nacido y me he criado en el medio rural, he sido productor y tengo el triste privilegio de haber presenciado la marginación social y económica de la familia del campo - peones, pequeños y medianos productores- y sentir la indiferencia más absoluta del 3 y 2 hacia ellos desde la década del 50.
El partido único, no asume que abandonaron el campo desde 1954 hasta el año 2000, 16 personas por día y del orden de 1000 productores por año desde 1960, una verdadera política de despoblación, un verdadero genocidio rural.
¿Nadie se preguntó por qué en un país de base agropecuaria sucedía esto?
Es que otro de los sustentos del modelo de economía desintegrada ha sido el subsidio al mismo por la marginación socio económica de los peones rurales, los pequeños y medianos productores y sus familias.
Esto lo ignoró - históricamente - el país urbano, el 3 y 2 , la intelectualidad, la mayoría de los técnicos y toda la burotecnocracia.
Es que el modelo sobrevive gracias, entre otras cosas, a esas condiciones asimétricas entre los distintos sectores.
Los que han vivido de "arriba" no quieren hablar de cambiarlo.

Hoy a pesar de la emigración, tenemos 30% de la población por debajo de la línea de pobreza, elevado desempleo y subempleo, más allá de los "encendidos" discursos optimistas.
No hablemos de la desocupación en los menores de veinticinco años, que en los varones llega al 30% y en las mujeres trepa a casi el 40%.
Esto son los grandes temas del país, no las cortinas de humo, sobre lo que dijo o dejó de decir sutano o mengano.
Este es el resultado de un modelo económico que no sirve al país y a su gente.
Estamos en una profunda crisis económica, más allá de las "soluciones" matemáticas que proponen los tecnócratas sin tener en cuenta el desastre social.
Hoy amplios sectores sociales viven en emergencia aunque no se lo reconozca oficialmente.
Una red de ollas populares, merenderos y todo tipo de ayudas para dar un plato de comida a miles.
La gente haciendo cola para comer en un país que tiene el 90% de su territorio apto para sembrar algo. Esta es la tragedia de un país conducido por una dictadura política, donde la prioridad ha sido el acomodo y el beneficio de una clase dirigente que no le ha importado el daño al mismo, sólo su supervivencia y el de los sectores que la respaldan.
Las personas humilladas en su dignidad, porque no tienen un trabajo, para poder comer y atender la familia, mientras el oficialismo habla de que estamos creciendo y nuevamente se postulan ufanos los "mismos".
Nadie está contabilizando el daño físico e intelectual a los niños por mala o escasa atención nutricional- desde el vientre de la madre - y sanitaria y sus repercusiones sociales futuras. Hay miles que nacieron postergados - intelectualmente - y que no podrán recuperarse.
Muchos seminarios, gráficas, estadísticas, talleres y discursos. Los temas en los medios están una y otra vez, los "mismos" hablando de lo "mismo".
Nadie está contabilizando en su verdadero impacto social, que el 50% de los niños nace en hogares pobres o por debajo de la línea de pobreza.
Nadie está contabilizando el aumento de los cuadros depresivos y de suicidios.
Nadie está contabilizando la angustia por la pérdida de trabajo a una edad que no es fácil conseguir otro ni poder emigrar.
Nadie está contabilizando la angustia de un padre que no tiene como alimentar a sus hijos.
Pero los candidatos del 3 y 2 ofrecen hoy hacer lo que no han hecho en los setenta y tres años que llevan en el poder.
Estamos frente a una dirigencia - del 3 y 2 - cínica que parece no tener límites éticos, con tal de mantenerse en el poder. Acude a la oratoria discursiva y al disfraz mediático en el marco de un país desinformado.
El partido único no está asumiendo la canibalización social, empleadores versus empleados, trabajadores en negro, tercerizaciones al margen de la ley, etc, etc.
En la defensa del modelo se han creado nuevas "figuras", devaluando el cumplimiento de la legislación laboral y bajando costos de la economía con el deterioro de la calidad de vida para miles de familias.
Este es el resultado - lógico a través de la historia - del manejo de una dictadura política en el marco de un modelo económico desintegrado que le es funcional.
Este modelo economicista en el que todo se reduce a números o resultados utilizables electoralmente es el que hay que cambiar, es el que le ha cerrado históricamente el paso al país "para todos"sirviendo solo a una minoría.
Hay que comenzar a recorrer un modelo de economía integrada, que tiene más de cincuenta años de atraso, que permita distribuir equitativamente los esfuerzos y la riqueza para un nuevo Uruguay.
Los tecnócratas lo reducen todo a cifras, de las responsabilidades nadie dice nada, ya que todos son responsables por omisión o por comisión. Hablan de la crisis de la seguridad social y dicen, ésta se lleva 52% de los recursos fiscales. Nada dicen del clientelismo de la década del sesenta, jubilaciones por recomendación partidaria, préstamos de sus recursos en pesos, - que la inflación devaluó -, en esos juegos del clientelismo del 3 y 2 se vació la seguridad social.
Pero volvamos a la memoria histórica, Eliseo Salvador Porta en su libro "Que es la revolución" escribía:

Una de las "conquistas" de que más orgullo se siente en el Uruguay es, el de su legislación sobre trabajo y Previsión Social. Precisamente hay un Ministerio y un Banco, respectivamente, con tales nombres.
El sistema de Seguridad social sigue siendo presentado como "avanzado" por los oradores preelectorales y por cierta prensa.
Pero veamos lo que dijo al respecto el 10 de octubre de este año de 1968, en la Cámara de representantes, el Ministro de Trabajo Dr. Espíndola:
"El sistema de seguridad social del Uruguay está tocando fondo. No quiero ser alarmista al extremo; pero creo que es mi deber, como uruguayo y como hombre que ha vivido estos problemas ,y los está viviendo diariamente, como si fueran propios, llamar la atención de los parlamentarios de mi país acerca de esta realidad. Repito que el problema de la previsión social está tocando fondo y si continuamos en esta posición errónea que llevamos, irremediablemente nos conducirá a una especie de catástrofe social" (Pág.121 del Repartido) y agregó:
"Sentimos como este edificio empieza a agrietarse y tememos que se nos venga abajo.
No sabemos que repartimos porque no sabemos que es lo que tenemos y no podemos repartir lo que no hay, lo que no se produce. En realidad, estamos repartiendo miseria. Esto es lo cierto: en las clases más bajas en los estratos más pobres, estamos repartiendo miseria, dolor, angustia y desesperanza. Y esto no es un sistema de seguridad social".
(Pág. 123).
Acaba de hablar el Ministro de uno de uno de los países de América Latina que pasa por estar a la cabeza en materia de seguridad social.

Esto muestra con claridad donde comenzó el deterioro de la seguridad social.
Todo lo que se dice es una verdad a medias, así el partido único, llevó adelante el regimén de las Afaps atendiendo las exigencias del FMI y BM.
Seguimos hablando del costo de la misma descontestualizado de la verdad histórica.
La descontestualización histórica es una de las causas centrales de porque seguimos hablando de lo "mismo" y votando lo "mismo". Así el pais es desinformado y la gente cree que cada acontecimiento nunca antes sucedió. Por eso las crisis se reiteran y las responsabilidades se diluyen permitiendo al modelo maquillarse y seguir pidiendo el apoyo para "cambiar".
Sino fuera trágico por su impacto social, sería el mejor espectáculo de diversión que podríamos exportar.
Los gobernantes tienen que ser auténticos servidores del pueblo y la información debe ser cristalina para evitar los "canibalismos", que lucran con los más débiles.
No como hasta ahora en que los gobernantes gastan sus fuerzas en demostrar que la realidad es como ellos la ven y no como la que vive la mayoría del pueblo.
Los defensores del modelo hablan de la mejora de la macroeconomía, cuya explicación es la devaluación y la mejora de los precios internacionales, no la del discurso que se quiere hacer creer.
La devaluación es una medida tomada ante la crisis bancaria del 2002, no olvidar desmemoriados que la adecuación cambiaria se reclamó toda la década del 90 ante la destrucción del aparato productivo - por el atraso cambiario - y no se dio por los mismos - el 3 y 2 - que dirigen hoy los destinos del país. En un claro convencimiento de una población desinformada y con memoria histórica débil, el ex presidente que se postuló nuevamente decía que con él se vivió mejor. No aclara que esa mejoría consumista, fue pagada con la pérdida de miles de puestos de trabajo en la industria - cierre de fábricas - y la ruina de miles de productores que hoy - los que quedan en el campo - siguen buscando solución al endeudamiento.
No sigamos con las mentiras que hay mucho dolor.
Como la política tributaria no ha cambiado, pasará mucho tiempo antes de que le lleguen los efectos de la recuperación a los sectores más sumergidos y la distribución de la riqueza seguirá empeorando.

Este es otro brutal ejemplo de una economía desintegrada que frente a una crisis social, los que más tienen siguen siendo los más protegidos.

En un modelo integrado, la crisis del país debe ser atendida por todos, cada uno en función de sus fuerzas, en un justo equilibrio del reparto de las cargas, no como ha sido históricamente. Es la integración interna del país la que apuntalará un crecimiento sostenido y potenciará la integración hacia la región y hacia el mundo.
Pero los tecnócratas - del modelo - sólo hablan del recorte de gastos, la vieja receta y culpan por la crisis a causas externas, la aftosa, el clima, etc.
Es la irresponsabilidad sin límites, ayer los tecnócratas - ufanos - nos decían que la renta per capita era de alrededor de seis mil dólares y hoy en un corto plazo es la mitad, hay un hecho que rompe los ojos, ayer no éramos tan ricos como nos decían.
Nadie dice o explica que los promedios esconden diferencias brutales de más de 14 a 1 entre los extremos más pobre y más rico. Si habrá que leer con cuidado los números estadísticos, si faltará la información calificada a la población. Una economía con desinformados tiene el recorrido de la nuestra y los dirigentes pueden seguir encubriendo la realidad.
Con estos "manejos" de la economía nos siguen endeudando y los organismos internacionales-grandes responsables- aceptan los disfraces de la realidad.
Y en esos juegos venimos transitando desde que firmamos la primera carta intención con el F.M.I allá por 1959.
¿Hasta cuándo la hipocresía y el cinismo de los dirigentes del 3 y 2 podrán seguir eludiendo su responsabilidad y negando la magnitud de esta encrucijada en la que se ha colocado al país?.
¿Hasta cuándo van a seguir proponiendo "soluciones" como si ellos no hubieran estado en el país?.
¿Van a seguir descalificando a la oposición, culpando a la crisis argentina, a la devaluación en Brasil, al clima y al terrorismo como las causas del Uruguay de hoy?.
Deben asumir que en 1964 estaba el diagnóstico de la CIDE y con este se elaboró un plan de desarrollo - terminado en 1966 - para sacar al país del estancamiento y la crisis social que los números mostraban. Nada hicieron, siguieron defendiendo los mismos intereses económicos y partidarios. Por supuesto que la impunidad del 3 y 2 se ejercía con comodidad, la oposición no preocupaba, más del 90% de los votos eran del partido único, se la podía ignorar. Tuvieron el poder absoluto, pero prevalecieron las disputas internas por cuotas de poder y el reparto de cargos, el destino del país no preocupaba. Hoy los "mismos" nos proponen resolver los mismos problemas más agravados.
¿Es racional que les creamos?.
Pero la oposición también debe asumir la responsabilidad de que su discurso muchas veces ideologizado y sectorizado, buscando alguna vez copiar soluciones de afuera o dividiéndose e ignorando que el país es uno, está también afectada por la visión del país urbano y no ha tomado nota del modelo de economía desintegrada.
En un contexto más amplio, Carlos Quijano escribía en cuadernos de Marcha julio-agosto de 1980 entre otros conceptos lo siguiente:

Reconozcámoslo. Hemos cometido muchos errores. Hemos construido utopías vanas. Hemos dilapidado muchas reservas que nos habían sido confiadas. Hemos hecho uso y abuso del triunfalismo retórico y de ideologías rancias. Consignas y esquemas nos han eximido de reflexionar. Ahí está nuestra triste América del Sur, que perdimos y a la que no hemos sido capaces de reconquistar. Lo primero es lo primero. Lo primero es hundirse en la tenebrosa realidad de nuestra tierra para conocerla y comprenderla y transformarla. A problemas concretos, soluciones concretas. Una táctica, una estrategia y también ¿por qué no?, una teoría, propias, sin olvidar las experiencias de otros que, a fin de cuentas, sólo son eso, experiencias y nunca modelos.
Por donde hemos andado no está el camino.

Estas palabras son para los que tengan la grandeza de asumir, sólo ellos podrán aportar al país que tantos han soñado.
La debilidad dialéctica deber ser asumida, para mejorar y profundizar el discurso del cambio, es al país al que tenemos que ayudar, muy por encima de los intereses partidarios y sectoriales.
Nos es creyendo que la solución a los problemas está en administrar mejor y más honestamente que el 3 y 2, que con ser importante no alcanza.
El país necesita urgente una señal política de un cambio de rumbo, que tiene que ser claro y acorde a nuestra realidad.

Es el modelo funcional al 3 y 2 lo que hay que cambiar, esto es pasar de una economía desintegrada a una integrada y sepultar el clientelismo.

Somos pequeños pero tenemos derecho a vivir- decía Quijano- y yo agrego a vivir todos bien.
Rompe los ojos que las asimetrías sociales son fruto del fatalismo aceptado por los dirigentes y buena parte de la sociedad - por distintos intereses y motivos - desde el fondo de la historia, que beneficia a unos pocos.
Si un modelo económico no es capaz de satisfacer las necesidades básicas de toda la sociedad, el modelo no sirve y hay que cambiarlo.

Un modelo económico que favorece a las minorías no es novedad en el mundo - es el que predomina en los manuales -, la novedad es lo contrario.

La oposición debe apoyarse en las grandes líneas del pensamiento Artiguista para crear un proyecto auténticamente Nacional, acorde a nuestra realidad, a nuestros intereses y no al que nos quieren imponer los servidores de otros, ajenos a los del país.
El país debe construir una conducta republicana de servicio, sustituyendo la corrupción y corruptela del clientelismo que abarca en mayor o menor medida todos los órganos del estado y al país en general, esa es la responsabilidad histórica de la oposición.
Hay que desterrar el nefasto tráfico de influencias político partidarias, esto implica un cambio cultural en la forma de ver al país.
Hay que crear una conciencia del respeto por el trabajo y de que este redundará en beneficio de todos y no de unos pocos.
Los temas deben ser estudiados en el marco de una visión país, con la máxima cristalinidad, la sociedad civil debe ser un actor relevante y vigilante en el marco de la más amplia información calificada.
No podemos seguir "opinando" sin los elementos necesarios o en función de intereses partidarios o económicos.
Esta tarea arranca en los gobernantes y debe ser fortalecida por los actores sociales,
debemos terminar con los hombres providenciales, " que todo lo saben".
Es lamentable seguir escuchando a muchos tecnócratas, y sus alumnos, que en la década del 60 no le dieron soluciones a los problemas que hoy nos siguen conmoviendo.
Ahora se felicitan por los nuevos disfraces de los organismos de crédito, BID, FMI, BM, que hablan de la necesidad de introducir la ética en la economía.
Esto es una bofetada a millones de pobres perjudicados por las políticas seguidas.
Hablan de la ética, pero nada dicen de cambiar profundamente la distribución de la riqueza, sin la cual solo seguiremos apuntalando al sistema y la degradación social y ambiental.
La realidad es que los profundos problemas estructurales se siguen disfrazando de la manera más cínica y con total desprecio por los miles de marginados que siguen aumentando más allá de los discursos.
El clientelismo - club político mediante - que llenó las oficinas y entes del estado para comprar votos y esconder la desocupación fruto del estancamiento de la economía, no reparó en el daño ético y moral hecho al país, estamos hablando de la década del 50 y 60.
Oficinas públicas con empleados sobrantes, que ni silla tenían en muchos lugares.
Esto lo aceptó la sociedad y los grupos económicos que siempre lucraron con este manejo del 3 y 2.
Esa deshonestidad que se estaba promoviendo es la que hoy pesa sobre el país todo.
Esta es la "cultura" que instaló en la sociedad el manejo del 3 y 2.
La "cultura" del clientelismo con los dineros públicos, la decadencia ética y moral estaba instalada, no nos rasguemos las vestiduras hoy.

La ciudadanía se acostumbró a pedir favores, no a reclamar sus derechos, gracias al "soborno" del 3 y 2 a partir de la institución "club político".

Por eso es muy lamentable, cuando la gente agradece a tal o cual político, ministro, presidente, etc, el arreglo de un servicio público, la adjudicación de viviendas, como un favor que este le hace- con los dineros de todos - eso degrada al político y devalúa la conducta cívica del ciudadano.
Eso fue tolerado y muchas veces festejado como una viveza criolla más, Quijano lo denunció como un costo que pagarían las generaciones futuras, es lo que estamos viviendo hoy.
Decimos una vez más, esta conducta es la que tiene que ser erradicada del país si pretendemos tener una economía estable y un país más equitativo.
Reitero y reiteraré, esa conducta inmoralizó a toda la sociedad.
Por eso insisto y me reitero, todos de alguna manera - no en la misma medida - somos responsables de la autodestrucción del país.

Se le vendió a la gente que el estado no se "fundía", que el estado siempre paga, es más, muchas veces escuchamos decir; "si serán buenas las empresas públicas" que ni manejadas así se funden.
Pero hoy asistimos a la realidad de lo que hicimos mal, de que el mundo cambió y nosotros seguimos con nuestros pequeños juegos del acomodo que nunca terminan.
A pesar de que en los sesenta los síntomas de la crisis eran muy notorios - está el diagnóstico de la CIDE para corroborarlo - el partido único, prefirió ignorarlo, le cabe el deshonor de haber saqueado al país en beneficio de unos pocos.
O asumimos el Uruguay real de los últimos 50 años o seguiremos discutiendo y autodestruyéndonos, no es solamente un problema de la economía, sino de algo más importante, la ética, la moral y la política.

Nos hemos reído - en el boliche - de nuestras propias inmoralidades, acomodo de mengano por sutano etc, pero hemos seguido votando a los "mismos" que criticamos.
Hoy inventamos otra expresión para esquivar los problemas y se dice; el país está sobre diagnosticado, falso, los diagnósticos que se han hecho no han tenido en cuenta el modelo económico desintegrado y el real manejo del país por el partido único, por tanto no son tales sino una caricatura de la realidad.
¿O vamos a ignorar la destrucción de empresas y proyectos en cada en cada una de las crisis?.
Nosotros tenemos crisis económicas en un país que no tiene políticas, esa es la gran diferencia con las crisis - ciclos - que sucede en las economías desarrolladas.
Por tanto la discusión de nuestras crisis sin atender ese aspecto es irrelevante y muestra el manejo demagógico y partidario de las mismas, así no hay salida.
La principal riqueza del país ha sido y sigue siendo hoy, - por desidia del 3 y 2 - _la agropecuaria, hoy el agro no debería ser noticia - como problema - y sí otros sectores de la economía. Pero a pesar de ese regalo de territorio que nos tocó en suerte, las últimas decisiones políticas importantes hacia el campo terminaron con la creación del Instituto Nacional de Colonización enero de 1948 y el informe y recomendaciones de la misión enviada a fines de la década del cuarenta a N. Zelandia, Australia, EE.UU. y Europa. Recomendaciones que se ignoraron, dando paso desde ya a las directivas del Banco Mundial que financió el primer Plan Agropecuario.
Después parches sobre parches para superar la coyuntura y un sometimiento cada vez mayor a los organismos financieros internacionales.
Queda demostrado por lo obvio, que a partir del club político no se puede construir un país y eso es lo que ha sucedido en Uruguay, lamentablemente.
En dictadura cualquiera sea el tenor no hay desarrollo sustentable y equidad social y esto es lo que le sucedió al Uruguay que desde 1931 es conducido - con todos los disfraces posibles - por la dictadura política del partido único, el del 3 y 2.
Se siguen implementando proyectos productivos descolgados de una política nacional y de ahí su corta vida.
El partido único está empeñado en mantener el poder y por eso se clama por los inversores extranjeros, para ellos privilegios que se negaron y se niegan a los nacionales.
Somos un país cuya economía se desarrolla según el interés de unos pocos grupos, en íntima relación con los partidos del 3 y 2.
Vale la pena recordar la época en que la lana condicionaba la política económica del país, lana que acaparaban los barraqueros y grandes productores. No pocas veces exigieron y obtuvieron políticas cambiarias acorde a sus intereses y el gobierno de turno se las dio porque necesitaba las divisas.
Más vale que leamos de apuro nuestra real historia para no seguir haciendo el ridículo.
El país ha despilfarrado enormes sumas sacadas al campo a través de las diferencias de cambio y las detracciones, unos 1100 Millones de pesos entre 1937 y 1960
El Dr.Carlos Quijano en Marcha el 7 de Abril de 1961, se preguntaba:
¿Qué hicimos con tan ingente suma? ¿En que la empleamos? En subsidiar al consumo, en lugar de subsidiar la producción. En abaratar los precios de la leche o de la carne en Montevideo, con prescindencia de la campaña; en reducir el costo del pan o las tarifas de la Usina; en cubrir los déficit de los ferrocarriles. ¿Por qué el subsidio al consumo y no el empleo en la inversión productiva y planificada?
La respuesta es obvia. Por miopía y también por demagogia, que es, en definitiva una forma de miopía. La inversión útil rinde en el tiempo; el subsidio al consumo se traduce de inmediato en una baja que se cree sustancial y también, puede que con ingenuidad, rendidora de votos.
Más adelante agregaba: Las sumas que el país despilfarra, por falta de una aplicación juiciosa de sus recursos, son enormes. Atentos al consumo hemos abandonado totalmente la inversión y muchas veces cuando invertimos, no invertimos bien. Cada peso que se utiliza mal, es un peso robado al país. Y el abuso de los consumos es un tóxico peligroso. Nos ha dado y todavía les sigue dando a algunos, la ilusión de la prosperidad. Pero es una ilusión que ya está a punto de desvanecerse.
Palabras que hoy tienen plena vigencia.
Acotamos, ya en 1962 la situación económica y social era más que preocupante, vivimos incrédulos de cómo la dirigencia política en el poder seguía con los mismos juegos del clientelismo. Toda la década del sesenta vivió el esfuerzo de muchos por cambiar desde adentro los partidos del 3 y 2. Todos fueron frustrados. El partido único pudo hacer los cambios y nos los hizo, prefirió seguir defendiendo los mismos intereses y mantener el poder. Hoy siguen en lo mismo, eludiendo la responsabilidad histórica escudados en la desmemoria.
Queda claro que de lejos vienen nuestros problemas y es el manejo de la dictadura política del 3 y 2 el gran responsable de esta perpetuidad, vehiculizada a través de un modelo económico desintegrado.
Sin democracia plena y un modelo económico integrado - sin corporativismos - no hay desarrollo sustentable ni justicia social posible.

phr@internet.com.uy Julio de 2004