Australia...
la de todos
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Escribe: Walter Amaro
Sydney/Australia
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La Sydney cosmopolita y multicultural que se muestra al mundo como una de las ciudades más encantadoras del planeta, y que quizás pocos de ustedes tienen la fortuna de conocer, tiene para todos los gustos. Mientras que paradójicamente ofrece una visión súper moderna y poblada de atractivos, que le valiera ser votada como la mejor destinación turística por tercer año consecutivo por las revistas internacionales de turismo -según un reciente relevo de opinión- los habitantes de esta parte del mapa no pueden acceder a una vivienda; so pena de tener que atravesar por tremendos sacrificios. Por lo menos, para los pobladores cuyos haberes mensuales son los correspondientes a la clase obrera.
Además, persisten los enfrentamientos y debates entre los partidos políticos que se reparten la torta en la conducción de los destinos de Australia y, en el otro otro extremo, el escándalo de las drogas en el deporte ha sacudido la típica modorra de los australianos, creando un manto de incertidumbre y desconfianza en el país. Todo eso da como para extenderse abierto, pero claro, esto insumiría varias carillas y temo cansarles con tanto bochorno. Pero de todas formas, si es que se puede, trataremos de ser concisos en la medida de nuestras posibilidades o modestas habilidades; como usted prefiera llamarle.
En las últimas horas el líder de la oposición (Partido Laboral) Mark Lathman, dio a conocer algunos tópicos de las pólizas y proyectos de su partido, en el supuesto de acceder al poder en las próximas elecciones. En los mismos, pudo apreciarse que intentó bajar el perfil de sus enfrentamientos con la administración de George W. Bush al señalar que nuestro país se aliaría con los Estados Unidos bajo ciertas condiciones, entre las cuales destaca la amenaza por terrorismo, tema que prácticamente ocupa el primer lugar en las preocupaciones de los habitantes de la super potencia.
Otro detalle importante en esta agenda, es la promoción de Kim Beazley como futuro candidato a ocupar la cartera de Defensa. Posición que ocupara bajo previo gobierno laborista, y le granjeara la simpatía de la cúpula de mando del país del norte. Por lo menos eso es lo que dio a entender en sus declaraciones el embajador de Estados Unidos en Australia, Tom Schieffer.
El diplomático destacó además el esfuerzo de Mark Lathman al tratar de limar asperezas sobre la posición del laborismo acerca del conflicto de Irak, celebró la iniciativa de promover a Beazley y respaldó el programa de ayuda de AU$75 millones comprometidos en la reconstrucción de Irak, el cual incluye el envío de personal médico y expertos en administración de empresas.
Recordemos al lector, que el líder de la oposición prometió traer de vuelta a casa los efectivos australianos antes de las navidades, tal cual hiciera el Presidente del Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Otro de los temas que tenía seriamente preocupado al australiano, fue el tema de los derechos humanos y el tratamiento otorgado a los refugiados capturados en alta mar. Este tema conflictuó seriamente a la población que, lamentablemente, fue engañada en primera instancia con el recordado truco esgrimido por el actual Primer Ministro John Howard, y el cual le valiera un nuevo término en el Gobierno.
En él, y a través de algunas fotografías publicadas en la prensa, se daba a entender que los solicitantes de amparo saltaron al océano con sus hijos como amenaza y extorsión, con el propósito de obtener su condición de refugiados en el país.
El hecho todavía huele a podrido, tan hediondo, como los vestigios de esa triste célebre ley introducida por la administración actual, para etiquetar de la manera más inhumana y canalla que se conozca en constitución alguna a los 9.500 refugiados, los cuales vivieron en condiciones infrahumanas por los últimos años.
La perversa ley de Visas de Protección Temporaria por tres años, todavía nos adjudica el triste privilegio de crear un precedente vergonzoso en materia de Derechos Humanos. Si bien los detenidos tendrán ahora, luego de esta pifia infame del gobierno, el derecho de aplicar por una residencia permanente, no es menos cierto que la Ley permanece ahí donde no debiera, como recordándonos que varias cosas deben cambiar rápidamente. A propósito, nos hacemos eco de las palabras del líder del Partido Demócrata, Andrew Bartlett, cuando dice que el Gobierno no ha hecho lo suficiente, o la del cabeza del Partido Ecologista, (Greens) Bob Brown, cuando señala que la ley debiera ser abolida.
Pero bueno, si usted cree que las preocupaciones de los australianos terminan ahí, se equivoca. Si bien estamos profundamente convencidos que este enorme abanico de culturas que pueblan la benevolente Australia es conciente y respetuoso del derecho internacional, no es ni corta ni perezosa a la vez, en cuanto a defender sus propios derechos y cuidar la imagen del país en el exterior.
Por ello el caso denunciado de las drogas en el deporte, cuando estamos a días de las Olimpíadas de Atenas 2004, hace temblar los cimientos de la sociedad australiana. Si de alguna manera el detonante fue la disciplina del ciclismo, las investigaciones se han extendido a todo el plantel olímpico. Al respecto, el Presidente del Comité Olímpico Australiano, John Coates dilató el nombramiento de más atletas que deberán concurrir a la milenaria competencia, hasta que se aclare la situación de los 475 deportistas que integran la delegación que viajará a Grecia
Según los titulares de la prensa australiana, el Equipo Olímpico de Australia, enfrenta una de sus peores crisis desde 1980, luego de que el controversial ciclista Sean Eadie, se convirtiera en el tercer atleta en la última semana en ser separado de la nómina, al ser investigado por alegaciones inherentes al uso de drogas prohibidas.
El directivo ha confirmado que si Eadie fracasa en demostrar su inocencia, sus compañeros de equipo (bronce en las Olimpíadas del 2000) serán despojados de sus medallas.
Sin embargo, la prisa pone un manto de dramatismo, debido a que los organizadores de Atenas deben tener la lista representativa de Australia para este próximo 21 de julio.
Para su orientación, recordemos que el tema del deporte en este país, es asumido como ejemplo de corrección y caballerosidad, el cual es inculcado con esmero a niños y adolescentes.
Pero volviendo al tópico de inicio, y si bien el "boom" de las viviendas se ha detenido, el australiano medio ha visto menguar sus posibilidades de acceder a su propia vivienda. Como dato ilustrativo recordemos que antes de esta explosión inmobiliaria, los precios de las casas equivalían en promedio, al total de 6 años de sueldo de un obrero calificado, allá por los años 90. Hoy día, esta cifra trepó hasta los 9 años, lo que indudablemente ha minado significativamente las posibilidades de compra de un importante sector de la población. De nada sirve los incentivos del gobierno para la compra de la primer vivienda, puesto que en el momento de vender o volver a comprar, los impuestos son tétricos, asesinando la voluntad de compra de sectores de bajos recursos.
Vale destacar en este punto, que es típico y corriente, que un individuo cambie de vivienda varias veces en el transcurso de su vida, debido al cambio de lugar de trabajo o estatus económico.
Pero, como bien dice la voz popular, y de eso los uruguayos sabemos bastante: "mientras el cuerpo aguante, la voluntad no falta". Lástima que eso no se pueda ahorrar y nos den algún interés en los bancos, sería la única forma de agarrar un mango sin mucho sacrificio. Total que despilfarro hay, y a montones. Sino, demos un vistazo a los gastos de publicidad del gobierno Liberal en las últimas dos semanas en radio y televisión: AU$28 millones, algo así como 616 millones de pesos uruguayos.
¿Pavada de guita no? Calculo que debe ser suficiente para bancar los 600 comedores que señor gobierno dice orgullosamente que tenemos en el pago. ¿Nos encontramos en siete días? Hasta entonces...