Año II - Nº 98 - Uruguay, 01 de octubre del 2004
  1 Campaa Mundial Seguridad en la Red
 
- La derrota de Tabaré Vázquez
- Una luz en las tinieblas
- Mecenas y Mentiras
- Cuando un amigo se va
- Rocha se desnuda
- Por los pueblos de Almería: Una visita a Dalías y su entorno
- Herencia Artiguista
- ¿Si esta es la campaña, las ideas dónde están?

- Varias carreras muy necesarias

- Au Revoir Tristesse
- Gatúbela llega arañando a la cartelera montevideana
- Camarones Gigantes
- Las Propuestas de Nuestros Candidatos
- El rapto de Morgan
- Papá, cuéntame otra vez
- 13 de agosto 1927: Péricles Azambuja Historiador y Periodista ejemplar
- Anécdotas Bancarias: Puntos de Vista
- Deportivísimo
- Noticias de España
- Dimes y Diretes de la Política
- Espectáculos: La Movida Jóven I
- Música y Belleza
- El parque de la ilusión
- El sueldo del Presidente y las Autonomías Municipales
- Así Somos: Fiesta Nacional de la Primavera
- Sin más comentarios
- Ecos de la Semana
- Hurgando en la Web: Historia de Internet
- Bitácora Política
- Bitácora Uruguaya
- Información Ciudadana
- La Cocina Uruguaya
- Rincón de Sentimientos
- El Interior también existe
- Olvidémonos de las Pálidas
- Las Locuras de El Marinero
- Cartas de Lectores

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CUANDO UN AMIGO SE VA

por Graciela Vera
Periodista independiente

Desde lejos la pérdida de un amigo que ha quedado allí, en el país que diariamente escribe en el diario de los recuerdos de cada uno de nosotros, se agiganta porque se nos van achicando los nexos, las referencias y hasta ese 'hasta algún día' pierde significado cuando nos damos cuenta de que serán tantos menos los que estarán esperándonos a nuestro regreso.

Y desde la distancia descubrimos que duele tanto la pérdida de un amigo entrañable con el que vivimos momentos inolvidables como la del compañero de trabajo o del conocido casual. Todos ellos formaban una trama compacta que se extendía en forma invisible para afianzar lazos, mantenernos anclados a una identidad y a una manera de ser: uruguayos.

¿Cuántos nos han dejado en tan poco tiempo?, ¿Cuántos de los que aún están allí se preguntarán si yo no me habré ido también?, porque viajar no es irse, apenas si es un cambio de lugar; irse es ya no estar físicamente, porque espiritualmente ningún amigo termina de alejarse mientras una sola mente le recuerde.

Un día me enteré que Luis ya no estaba… Luis, el tesorero del Ci.P.E.T.Ur. ¿Verdad que quienes fueron sus amigos lo recuerdan?, y se fue Cota, y se fueron tantos, muchos por los que seguramente voy a preguntar cuando vuelva y cuya ausencia, ya hecha costumbre para quienes están allí, a mi me arrancará una lágrima extemporánea.

Están aquellos que componen ese círculo en el que profesionalmente nos movimos y por eso resultan especialmente cercanos más allá de cuánto tiempo podamos haber estado sin saber nada de ellos.

Uno de estos amigos fue Raúl Forlán Lamarque. ¡Y como hubiéramos deseado seguir sin saber de él si ello llevara implícito su permanencia entre nosotros!.

Conocí a Forlán en la redacción del diario La República. Amigo que más de una vez me tendió la mano con ese gesto de ayuda al compañero, que hasta se empeñaba en que pasara desapercibido.

Hacía muchos años que no lo veía pero lo recuerdo, ágil en la búsqueda de la información, de su escritorio a las teletipos, de las fotocopiadoras a la máquina de escribir y luego a los ordenadores, escribiendo de cine, de arte, de teatro, de los artistas nuestros y los de fuera de fronteras; promocionando, apoyando; crítico con la justa vara del que sabe.

Capaz de disfrutar de una broma o de fruncir el ceño y mostrar en su rostro la desaprobación cuando algo no le gustaba pero siempre dispuesto a escuchar.

Me duele saber que desde ahora hay otro nexo menos con el pasado. Me conforta darme cuenta que no es un recuerdo menos porque, incomprensiblemente, la muerte trae a la memoria escenas pasadas que ya habíamos arrumbado detrás de los cortinados más espesos de la memoria.

Raúl, cuando un amigo se va nos está abriendo caminos para también allá enseñarnos cuando lleguemos, a hacer mejor nuestras tareas.

Gracias por haberte conocido Raúl Forlán Lamarque

Almería, el sur del norte, septiembre 27 de 2004